Argo La filosofía es como una nave que surca el cosmos. No es de madera ni de hierro, su materia es la reflexión . No la mueven velas, ni combustibles, sino la eterna búsqueda de la verdad . De toda la creación sólo al hombre le ha sido dada, todos nacemos con ella, algunos se complacen en desplazarse dos o tres millas, otros más se adentran en ese mar cósmico, incluso hay quienes no contentos con navegar en la superficie se sumergen o se elevan en su constante búsqueda de conocimiento. La filosofía busca la verdad, pero no pretende encontrarla, cuando lo hace no detiene su ambiciosa faena, lo que encuentra lo obsequia a su hija la ciencia que se encargará de estudiar, analizar y explotar lo que su madre ha encontrado. Los alcances de la filosofía son bastos, pues en la constante caza del conocimiento no hay descanso. El filósofo es un cazador que tiene que alimentar a la siempre hambrienta ciencia, es por ello que la filosofía no disfruta de sus conquistas porque no caza para
¡Hola! Esta es una nave para surcar las aguas del Derecho sin ahogarse en el intento ¡Bienvenidos todos!